
El vértigo de origen central puede deberse a enfermedad del cerebro, más concretamente del cerebelo (parte del cerebro encargada del equilibrio). Conviene saber que el riego del cerebelo, de los núcleos nerviosos del equilibrio y del oído interno dependen del sistema vértebro-basilar.



Causas:
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Patología vascular:
Es la causa más frecuente de vértigo de origen central. Generalmente afecta a personas mayores a partir de los cincuenta años. Entre ellas destacan las siguientes: Infartos del tronco del encéfalo, protuberancia y del cerebelo
INSUFICIENCIA VERTEBRO-BASILAR:
Debida a arteriosclerosis que afecta especialmente al tronco encefálico. Los síntomas se inician de forma brusca con los movimientos de la cabeza. Cursa con desequilibrio o sensación vertiginosa, síntomas visuales como disminución de la agudeza visual, etc.
Síntomas:
La sensación de mareo o desequilibrio permanente es más frecuente que la de vértigos y pueden ir asociados a diversas manifestaciones neurológicas.
Cuadros clínicos:
Embolismo.
Estenosis y oclusión ateroscleróticas: La aterosclerosis en el origen de la arteria vertebral, suele manifestarse por accidentes cerebrovasculares transitorios, con mareos, dificultad para enfocar la visión y pérdida del equilibrio. Estos síntomas están relacionados con la isquemia de las estructuras vestibulocerebelosas, en la médula y el cerebelo.
Enfermedad de las arterias penetrantes.
Disección arterial.
Disminución transitoria de la conciencia.
Ataque de caída: pérdida súbita del tono postural y caída desprevenida.
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Migraña.
Acompañando a la migraña tipo basilar, generalmente con síntomas de aura claramente procedentes del tronco cerebral y/o que afectan a los dos hemisferios al mismo tiempo, pero sin debilidad motora.
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Crisis epilépticas.
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Esclerosis múltiple.
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Ataxias hereditarias.
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Hipertensión intracraneal benigna (pseudotumor cerebral).
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Síndrome del desembarco.
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Malformación de Chiari.
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Presíncope/síncope
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Vértigo cervical:
Debe sospecharse vértigo de origen cervical cuando los síntomas son producidos por una posición del cuello (contrario al movimiento de la cabeza, que sugiere BPPV) o cuando el paciente tiene vértigo continuo y graves problemas cervicales. También puede sospecharse vértigo cervical cuando se observan espasmos musculares prominentes en la exploración de la cabeza. Evitar la actividad que provoca el vértigo, por ejemplo, mediante el uso de un collar cervical suave, es el mejor tratamiento del vértigo cervical.
Los ancianos con espolón osteoartrítico pueden presentar vértigo cervical secundario a alteración temporal de flujo sanguíneo de una de las arterias vertebrales. Por lo común esta alteración tiene lugar al girar la cabeza o mirar hacia arriba, momento en que el espolón pellizca la arteria vertebral vecina. Puede haber vértigo cervical propioceptivo cuando las carillas articulares del cuello son sobreestimuladas, lo que provoca sensación de inestabilidad o vértigo. En ancianos, un brote de osteoartritis de carillas articulares es la causa más común de vértigo central propioceptivo. Aun en jóvenes, el espasmo muscular agudo del cuello, como el observado en lesiones de latigazo, a menudo se acompaña de vértigo, porque la tensión muscular altera la configuración normal de las carillas articulares.
Cervicoartrosis severa.
Contractura cervical ("latigazo").
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Desequilibrio.
Es la dificultad en la deambulación, en el mantenimiento de la posición y en la coordinación. Suele ser por causas neurológicas. Pueden ser por efectos colaterales de ciertos fármacos: hipnóticos, sedantes, antiepilépticos.
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Mareo inespecífico.
Es sensación de intranquilidad o incomodidad en relación con el espacio que rodea al paciente. Suele estar relacionada con alguna situación estresante o desagradable (lugar, personas, recuerdos, etc), es decir, relacionado con alteraciones de tipo psicológico.
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Afecciones neurosensoriales múltiples.
Para tener un equilibrio normal, los sistemas visual, propioceptivo, vestibular, cerebeloso y neuromuscular deben funcionar todos en forma integrada. En la mayor parte de las enfermedades que cursan con vértigo, uno de esos sistemas está alterado a un grado tal que los otros no logran compensarlo. Hay que valorar la hipofunción vestibular unilateral o bilateral, alteración visual (p.ej., cataratas), enfermedad de la columna cervical, neuropatía periférica leve, mala condición física con mal control de la postura y algunos medicamentos.