



Es la inflamación por infección de la piel que recubre el conducto auditivo externo.
Aunque se conoce como "otitis de la piscina" por la frecuencia en los periodos estivales con motivo de la natación, hay otras causas, como suele ser la manipulación incorrecta del conducto con un bastoncillo de algodón y otro instrumento punzante.
Cuando se retiene humedad en el oído, pueden aparecer hongos (otomicosis), u otras bacterias, las más frecuentes la pseudomona y el estafilococo aureus.
Síntomas:
Otodinia (dolor de oído) por inflamación del conducto auditivo o del pabellón auricular.
Hipoacusia o sordera de transmisión por la oclusión del conducto por la propia inflamación o por los exudados que pueden acumularse y retenerse dentro.
Otorrea: salida de secreciones por el conducto auditivo.
Prurito o picor dentro del oído, muy frecuente en casos de otomicosis.
Diagnóstico:
Dolor intenso al tacto del pabellón auricular, trago y del conducto auditivo.
Conducto auditivo externo se presenta enrojecido e inflamado
La visualización del conducto bajo microscopio otológico puede permitir ver micelios o esporas, signos inequívocos de la otomicosis.
Frotis de los exudados del conducto y cultivo bacteriológico para descartar infección bacteriana ó por hongos.
Tratamiento:
Analgésicos cuando hay dolor
Gotas tópicas con antibiótico y corticoides.
Antibioticoterapia en casos más severos.
Otomicosis
Es la colonicación por hongos del conducto auditivo; los más frecuentes son Cándida albicans y Aspergillus niger.
Es imprescindible la limpieza del conducto auditivo, con lavado o mejor con aspirado con microscopio otológico. Personalmente obtengo muy buenos resultados con Merthiolate tópico (ver Publicación Nacional y Comunicación Internacional, en el apartado “curriculum”), de manera que en pocas curas queda el conducto limpio y seco.
Aquí podemos ver el aspecto que tienen las otomicosis:


