Es un déficit unilateral del vestíbulo, de causa desconocida e irreversible, que se caracteriza por la aparición brusca de vértigo, y con audición normal.
El nervio vestibular es el encargado de transmitir la información relacionada con los movimientos de la cabeza desde el oído interno hasta el cerebro, de manera que cuando uno de los dos nervios vestibulares se ve afectado, se produce un desequilibrio entre ambos oídos, manifestado clínicamente como vértigo.


Causas:
Infección viral del nervio vestibular. Suele haber infección vírica de vías altas respiratorias en los días precedentes.
Hay que descartar la aparición de herpes ótico.
Síntomas:
Vértigo rotatorio, intenso, de larga duración (varios días), sin acúfenos (ruidos en los oídos) y sin pérdida de audición.
Nistagmus espontáneo y posicional (movimiento coordinado y rápido de los ojos).
Desequilibrio, inestabilidad y mareo durante varias semanas, después de superada la crisis, hasta que se logra la compensación laberíntica completa.
Náuseas y vómitos.
Diagnóstico:
El oído se ve normal.
Audiometría tonal: es normal.
Potenciales evocados auditivos de tronco cerebral: abolidos en el oído afectado.
Videonistagmografía.
Resonancia Nuclear Magnética: para descartar lesiones en sistema nervioso central.
Tratamiento:
Reposo en cama.
Hidratación: es importante beber muchos líquidos.
Sedantes vestibulares durante la crisis. Antieméticos, tranquilizantes.
Rehabilitación vestibular: tan pronto lo permita la situación del paciente. Es la parte más importante del tratamiento.

