Consiste en la incapacidad total o parcial del niño para escuchar sonidos a través de un oído, o de ambos.
Según la pérdida de intensidad, medida en Decibelios (dB), la hipoacusia se clasifica en:
Leve - cuando la pérdida de audición es menor de 35 dB.
Moderada - cuando la pérdida de audición está entre 35 y 60 dB.
Profunda o severa - cuando la pérdida de audición está entre 60 y 90 dB.
Total o cofosis - cuando la pérdida de audición es superior a 90 dB.

Hoy en día se recomienda para todos los recién nacidos y lactantes realizar un método de diagnóstico precoz, conocido por "otoemisiones acústicas", para descartar la pérdida auditiva ya desde el nacimiento.
Los niños que presentan algún grado de sordera, tienen retraso en la adquisición correcta y como consecuencia retraso en el aprendizaje, repercusión psicológica manifestada en su comportamiento y carácter ; todo ello dependerá de la intensidad y del grado de afección de la vía auditiva.
Causas de hipoacusia:
Transitoria:
La causa más habitual de hipoacusia transitoria en los niños es la llamada otitis serosa o seromucosa.
Permanente:
Algunos niños nacen con pérdida auditiva permanente, que puede ser debida a varias causas prenatales (como la infección durante el embarazo, el Síndrome de Down o un defecto genético), o por problemas durante el parto (falta de oxígeno), o por haber nacido prematuros.
Después de nacer algunos niños pueden desarrollar sordera tras una meningitis, una infección por un virus, un golpe en la cabeza o por ciertos tratamientos con medicamentos.
Algunos niños pueden tener un defecto genético presente desde el nacimiento, aunque la pérdida auditiva aparezca más tarde.
El otorrinolaringólogo, mediante exploraciones audiológicas podrá muchas veces diagnosticar la causa responsable de la hipoacusia, y según la intensidad de la misma indicar el tratamiento más apropiado en cada caso.
En ocasiones, la pérdida de audición en un síntoma más, asociado a una enfermedad generalizada con síntomas o signos en varias regiones.
Diagnóstico:
Los antecedentes del niño son fundamentales, acerca del embarazo si fue a término, parto normal o dificultoso, permanencia en incubadora, enfermedades tras el nacimiento, etc.
También son importantes los datos de los padres sobre el comportamiento del niño, falta de atención, retraso del habla, etc. (audiometría conductual).
Otoemisiones acústicas: se realizan sistemáticamente en las maternidades, mientras en niño está ingresado
Otoscopia: con el llamado otoscopio de aumento podemos ver el conducto auditivo externo hasta la membrana timpánica.
Audiometría tonal: en niños colaboradores, normalmente a partir de los 5-6 años.
Timpanometría y reflejos estapediales: vemos el grado de elasticidad timpánica y el estado de la caja del tímpano, descartando sobre todo la otitis seromucosa. Mediante los reflejos estapediales obtenemos información objetiva de la audición de los tonos medios y agudos. En una prueba rápida y cómoda.
Potenciales Evocados Auditivos Tronco- encefálicos (PEATC): Viene a ser un electroencefalograma de la vía auditiva, valorando la calidad del estímulo sonoro desde el propio oído interno (células ciliadas internas) hasta la base de la corteza cerebral.
Tratamiento:
El diagnóstico precoz de la hipoacusia infantil constituye la primera fase del tratamiento, ya que su pronóstico es mejor cuanto más temprano se establezca una estrategia terapéutica encaminada a estimular la organización neurosensorial de la vía y los centros auditivos.
Otitis media crónica seromucosa:
Si en plazo razonable de 2 meses no hay mejoría evidente, puede estar indicada la colocación de un drenaje transtimpánico, aireador transtimpánico o más sencillamente "diábolo" o "drenaje". Con sedación o anestesia general, se hace una incisión en el tímpano (miringotomía), se aspira el contenido mucoso de la caja timpánica, y se coloca un tubo de drenaje que tiene la misión de mantener aireada la caja timpánica para que no se creen en la misma presiones negativas y el tímpano tenga la misma presión atmosférica a ambos lados y puede vibrar libremente. La recuperación auditiva suele ser inmediata a la intervención. Los drenajes serán expulsados de forma espontánea en un tiempo muy variable, entre 6 y 12 meses aproximadamente.

Burbujas en oído medio

Funcionamiento drenaje

Miringotomía


Drenajes transtimpánicos
En los casos de hipoacusia neurosensorial debemos poner prótesis auditivas de forma precoz, a los pocos meses si se precisa y en casos de sordera profunda el niño puede ser candidato a Implante Coclear y rehabilitación posterior especializada.