

Un acúfeno o tinnitus es la percepción “ilusoria” de un sonido sin estímulo sonoro externo. Es pues un síntoma “subjetivo” sólo percibido por el paciente.
Puede percibirse de múltiples formas: como un zumbido, pitido, ruido de grillos, emisora de radio mal sintonizada, etc. Puede ser continuo o pulsátil, permanente o presentarse de forma ocasional.
El acúfeno es un síntoma que puede aparecer de forma aislada, o bien acompañando otras enfermedades generales, como puede ser la hipertensión, diabetes, anemia ferropénica, etc.
Es tarea del especialista ORL descartar patología inflamatoria, degenerativa o tumoral en la vía auditiva tanto periférica como central. Ni todas las sorderas cursan con acúfenos, ni todos los acúfenos van acompañados de hipoacusia.
Hiperacusia, es cuando el paciente aprecia una mayor sensibilidad ante los estímulos sonoros. Le molestan desagradablemente los sonidos a determinada intensidad, perfectamente tolerada por otras personas.
Somatosonidos: en este caso, los ruidos son generados por el propio organismo del paciente y transmitidos al oído, y pueden ser “objetivos” es decir, el médico explorador puede detectar su origen y en ocasiones oírlos también; suelen tener su origen en otras localizaciones como por ejemplo la articulación temporomandibular, velo del paladar, músculos del oído medio, soplos procedentes de la vena yugular interna, arteria carótida, contracturas de la musculatura cervical, etc.
En las personas de edad avanzada, en quienes son bastante frecuentes, es fácil atribuirlo a déficit de riego cerebral, y mejoran con el uso de un vasodilatador cerebral, pero esto no resuelve siempre satisfactoriamente muchos acúfenos.
La teoría más actual sobre el acúfeno lo explicaría por el desequilibrio entre los dos tipos de células en el oído interno (células ciliadas externas e internas), lo que produciría cambios en la actividad neuronal de la vía auditiva. Así, un acúfeno de origen en oído interno puede variar su intensidad e importancia para el paciente a lo largo de la vía auditiva hasta la corteza cerebral.
Todo lo hasta aquí expuesto, viene a significar la importancia del estudio del acúfeno, tanto desde el punto de vista otorrinolaringológico como desde el punto de vista general: internista, cardiólogo, psiquiatra, etc.
Causas de acúfenos:
Procesos en el oído: traumatismo sonoro agudo o crónica (exposición a sonidos fuertes), Enfermedad de Meniére, Otoesclerosis, Presbiacusia (pérdida de audición propia de la edad), infecciones de oído medio o interno, afectaciones vasculares y tumorales en el oído interno y vías nerviosas de la audición.
Procesos neurológicos: esclerosis múltiple, epilepsia, migraña, traumatismos craneales o a nivel de la columna cervical.
Infecciones: meningitis, sífilis, tuberculosis.
Procesos generales: diabetes, hipertensión, arterioesclerosis, arritmias, mal funcionamiento de la glándula tiroides, enfermedades hematológicas (leucemia, anemia, etc), tomar mediación ototóxica, enfermedades autoinmunes, efectos secundarios de fármacos, etc.
Procesos psiquiátricos, como son los acúfenos alucinatorios de algunas enfermedades mentales.
Diagnóstico:
Es imprescindible el examen otológico para descartar las causas sin importancia de aquellas otras de origen neurológico a nivel del propio oído y dentro del cerebro.
El otorrinolaringólogo, con su examen otológico y pruebas complementarias audiométricas y de diagnóstico por imagen (radiografía, scanner, resonancia, ecodoppler, etc )puede descartar un número importante de causas de los acúfenos. Especial atención los de un solo oído acompañados además de sordera en el mismo.
Tratamiento:
Siempre que podamos, el tratamiento será sobre la causa que lo produce.
Muchas veces, será de sospecha clínica. Así tenemos a nuestra disposición: vasodilatadores (si la sospecha es de mala circulación cerebral), antiepilépticos, relajantes musculares, corticoides intratimpánicos, melatonina, ansiolíticos, antidepresivos, etc.
TRT (entrenamiento auditivo) para conseguir la habituación del paciente al acúfenos.
Prótesis auditivas, si hay asociada sordera.