El tabique nasal o septum nasal es una pared de cartílago por delante y hueso en su mitad posterior, que separa ambos orificios nasales desde adelante hasta atrás. Su deformidad o malposición lo llamamos desviación de tabique nasal.
Como es una estructura tanto de cartílago como de hueso, su desviación puede ser cartilaginosa, ósea u osteocartilaginosa.






Causas:
La causa más habitual de desviación del tabique nasal, es un traumatismo de la cara. Muchas veces se producen desviaciones en el momento del parto o simplemente derivadas del desarrollo del macizo facial hasta la adolescencia.
Síntomas:
Insuficiencia respiratoria nasal en mayor o menor grado dependiendo de la intensidad de la desviación septal.
Obstrucción nasal del lado contrario hacia donde está desviado el tabique. Esto es debido a que cuando el tabique se desvía, los cornetes adaptan su crecimiento al nuevo espacio intranasal que tienen, lo que lleva a cambios de presiones de inspiración en ambas fosas nasales, que pueden alternar o ser permanentes.
Dolor de cabeza.
Sequedad de vías altas respiratorias.
Irritación y sequedad de garganta.
Hiposmia: disminución del olfato.
Epistaxis (hemorragia nasal) y aumento de sequedad y costras en fosas nasales.
Otitis de repetición.
Sinusitis por inadecuada ventilación de los ostium de los senos paranasales.
Somnolencia diurna injustificada.
Ronquido y Apnea Obstructiva del sueño.
Diagnóstico:
Rinoscopia anterior con el rinoscopio nasal.
Rinofibroscopia: se obtiene mucha mejor iluminación y visualización.
En algún caso puede ser útil un TAC (scanner) de senos paranasales, previo a la cirugía.
Tratamiento:
Lo llamamos SEPTOPLASTIA.
Es la intervención quirúrgica que tiene por objeto la corrección de las deformidades septales dejando el tabique en su posición centrada y la adecuada permeabilidad nasal.
Se realiza por dentro de los orificios nasales, no deja cicatrices externas y mantiene intactas las estructuras externas de la pirámide nasal.
La septoplastia se realiza en un quirófano, habitualmente con anestesia general y la hospitalización suele ser corta. Hay que dejar un taponamiento nasal para evitar el sangrado, y que se retira en 2-3 días y se puede llevar el régimen de vida habitual.
Posteriormente, lavados de suero fisiológico o agua marina.



En caso necesario puede realizarse otros procedimientos quirúrgicos como son:
CENS: cirugía endoscópica nasosinusal.
Radiofrecuencia de cornetes en caso de hipertrofia de los mismos.
Radiofrecuencia de paladar blando en caso de ronquido y apnea de sueño.
Radiofrecuencia amigdalar en caso de hipertrofia obstructiva.